Un día...

 Un día desperté y ya no estabas…un día desperté y te habías ido.  

El dolor se queda para siempre a mi lado, pero tú…has fallecido. 

El dolor es una fiera que desea desgarrarme…el dolor no para, Padre. 

El dolor me recuerda que fue real tu sonrisa, lo que viviste, lo que me ayudaste. 

La furia me recuerda que fue real lo que me hiciste, tu desprecio, tu dolor…

Que se ha convertido en el mío, que ahora lo cargo como un escombro…en mi pecho. 

Un peso más en mi pecho que ya de por si estaba roto y ahora, encima, presionando…tu herida… de abandono…mi herida… de no ser suficiente para…ti.


Un día recibí una llamada, para decirme que ya no estabas. Desde ese día tengo miedo de que suene el móvil…por si he perdido a alguien a quien amaba. Pero..al final, Padre, todo se resume en VISTA AL FRENTE Y MALA OSTIA… por lo que fui, por lo que somos…porque no seré..mos. 


Uno no sabe cuánto ama algo…hasta que lo pierde y se permite sentir el dolor del vacío que llenaba. 

Un día desperté… y ya no hubo más fines de semana contigo, Pápa.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Relato Club Nocturno I

¿Cuáles son los privilegios de ser un marginado? (Ninguno)

La chica de la ventana