13/10/2025
Estoy triste y no sé por qué. Bueno, quizás sí lo sé.
Mis miedos me acompañaron ayer al dormir y hoy al despertar. Han pasado de ser pequeñas pulgas a ser dientes de león. Hoy vuelan por toda mi habitación haciéndola incluso más pequeña de lo que ya es. Haciendo que las paredes crezcan y me quieran comer.
Siento que rugen y no sé cómo calmar las fieras que gritan en mi interior: ¡¡¡Hazlo, Hazlo, Dopamina y Riesgo, no tengas autocontrol!!! Pero soy tan rígida que eso me salva la vida, nuevamente.
¡Quémalo todo! Que arda todo... suena tan placentero, el crepitar de las llamas. Pero a la vez soy agua y sólo quiero apagar todo lo que pueda hacer mal. Incluso cuando soy yo la que lo quiere hacer mal. Incluso cuando soy yo a la que van a golpear, pido perdón a la piedra por hacerse (mi) dolor. Pero nunca me he pedido perdón por dolerme. Nunca me he pedido perdón por ser tan autodestructiva. Perdón Yoes. No me lo merezco. No quiero seguir dañándome. Pero me siento tan... impulsivamente inestable. Tan que el placer es el descontrol, que me cuesta encontrar un punto donde no se me vayan las piezas fuera del tablero, por la velocidad de la partida. Donde poder ser y sentir, pero sin romperme en más partes, sin romper el tablero....sin volcar hacia un lado vertiendo el liquido al otro.
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