Capítulo 5
La ansiedad que me generaba el hecho de no saber quién era, era mayor que la certeza de que no me importaba en absoluto. Claro que me importaba, cómo no iba a importarme... Después de la noche de Luna Llena que parecía más una Luna Roja de Sangre teñida, todo fue diferente. Sandra no volvió a la manada, descubrió que era, simplemente, una renegada. Una persona renegada era aquella que vivía al margen, sin sus poderes naturales, sus dones debían habérsele mostrado aquella noche, pero asustada como estaba, no quiso saber nada de magia en mucho tiempo. Respecto a mi sed de sangre...la metafórica fue saciada, y la literal...bueno, ahora me alimentaba a base de pequeñas cosas que cazaba Mi Mujer. Mientras ella se dedicaba a rastrear en forma de perro, yo cazaba en mi forma vampírica cualquier animal que ella deseara. Era como si cocinase para mí. Después de que yo tomase el conejo de ese día, me bebiera su sangre y lo cogiera, ella lo herviría y lo comería. Había descubierto años...