Capitulo 2
Eran las ocho menos cinco cuando oí pasos. Las leyendas decían que los hombres lobo y los vampiros no se llevaban bien...pero no decía nada de las mujeres lobo y las vampiresas.
A las ocho en punto las voces se decidieron a llamar a la puerta. No estaba la madre de Nadia solamente. Oía por lo menos a 3 corazones más, a parte del de Nadia y el de su madre.
Abrí la puerta y parecía que habían venido en formación, por el olor de su sangre eran su familia. 3 machos, de diferentes generaciones y … un olor que no era de lobo ni de vampiro me llegó con el cambio del aire.
+Dentro, ahora, todos.-Dije en un susurro que sus oídos de lobo podrían detectar pero no unos de mago.
Me aparté e instintivamente me coloqué al lado de Nadia, flanqueando su lado izquierdo, ya que era dónde los no convertidos eran más vulnerables. Una vez que entramos los seis en la casa. Les avisé.
-Alguien os ha seguido. Mientras que estéis aquí estaréis seguros, a no ser que el mago o la maga que os perseguía ataque, nada malo debe pasar hoy.
+Padre, hoy es Luna Llena- Dijo el macho de menor edad con visible preocupación.
No entendía muy bien qué pasaba hoy, pero estaban preocupados y convencidos de que la Luna Llena de hoy era algo importantísimo.
-¿Qué pasa con la Luna Llena de hoy?- Pregunté, pero justo oí un ruido en la ventana, nos estaba rodeando.
+Esta noche le dirán a Nadia su verdadero nombre.
-Debemos movernos-Dije al mismo tiempo. La revelación de que Nadia era un nombre que no tenía poder mágico me dejó confundida. No lo suficiente como para que no notase la magia en mi casa, pero sí lo suficiente como para tardar 0.01 segundo en enfurecerme.
Mis ojos debían lucir negros completos. Los cerré. No quería que me vieran con ese aspecto.
Más tranquila expliqué la situación.
-Los que no quieran luchar o no sepan, que vayan a la despensa. Los que estén listos para la lucha, que me sigan.
Nadia guio al resto de los machos a la despensa, ella conocía el pasillo que se escondía, por un mecanismo simple, detrás de un salero y que daba al exterior de la casa, a unos cuantos metros donde la magia olía diferente, donde todo era más íntimo y todo era... Eso me enfureció, había preparado ese espacio para ellas, para la noche de Luna Llena de Nadia. Sus padres, por el contrario, se miraron y me siguieron. Cuando la magia empezaba a ser molesta, abrí la puerta y la sellé. Nadie podía salir ni entrar por esa puerta hasta que yo le quitara el sello. Así me aseguré de llamar la atención del insurrecto que perseguía a MI Loba. El sellar la puerta o no, era mero trámite pues el material de la casa me obedecía a mí, pero llamé la atención del mago que directamente lanzó el hechizo paralizante.
Si estuviera sola fingiría que me había afectado, pero no cuando los padres de Nadia estaban allí.
+Estúpida vampira que intenta ser loba... pagarás por tus daños de hace años.
-Esos daños están pagados, es bien cierto que se me fue la mano con el pueblo, pero sus aldeanos ahora viven como ricos-En cambio yo, pensé, vivo recluida a una única casa que me encadena el poder máximo que obtuve.
El mago me miró con un gesto extraño, cómo si no concibiera la idea de que yo no supiera algo tan básico como aquello. Quitándose la capucha, vi que era una mujer, lo cual me daba igual pero no lo que dijo:
-La loba que proteges, se llama Sandra y es MI hija. La tuvimos que esconder en el bosque cuando su padre, el mestizo de la manada, fue asesinado.
Miré de soslayo a los lobos de la manada que, en teoría, protegían a mi Nadia. Nadie debería ... nadie...
+Llamaron a tu hija Nadia. Dime, ¿por qué no es ese su nombre verdadero? ¿Por qué deberíamos creerte?
Mientras, sentía el dolor palpitante de la casa, alguien estaba tiñendo de sangre las paredes y no era mía. Sentí su olor, no era el de Nadia... o Sandra.
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